Ulises pasó la Odisea de vuelta a casa

Hace mucho mucho mucho tiempo, cuando ni existía la luz. En la antigua Grecia habitaba un grandioso y excelente

hombre llamado Ulises. A él le encantaba hacer rutas por montes y viajar por sitios nuevos. Era un hombre humilde

e inteligente, tan inteligente que podía conseguir todo tipos de retos desde los más fáciles a los mas difíciles. Era un

honradisimo muy preciado por sus conocidos, por sus sinceridad y su espectacular destreza luchando. Ulises es un

chico fuerte como el hierro, listo como Albert Einsten, guapo como los diamantes e intelectual como los científicos.

Desde pequeño le impresionaba los caballeros con espadas y con una gorra colorida, las espadas tenían un color plomizo

oxidado.

Ulises era tan buena persona que todos confiaban en él.

El excepcional Ulises iba acompañado de su majestuosa perra. Era una perra increíble, sus patas que las utilizaba para

correr o ir detrás de los conejos con intención de cazarlos. Sus patas son muy fuertes y derechas su cuerpo es amenazador

también por su forma fuerte que asemeja un león en pleno ataque.

Su rabo esta lleno de alegría y su cabeza verdosa con unas orejas que hasta oyen el silbido de las hormigas. La perra

se llamaba Sira.

A la derecha se puede divisar al poeta Homero sentando en una columna rota de color blanco roto que asemejaba a la

clara de un huevo.

Dentro de unos días muy preciados por Ulises con su amigo Homero y su perro preparado para la batalla. Hicieron

muchísimas cosas muy chulas fueron a comer frambuesas y fresas que eran exuberantes y tenían un sabor majestoso,

donde se encontraba en un precioso monte lleno de, pinos, abetos, alcornoques…

Otros días cuando hacía un increíble sol, iban a cazar a los humildes animales que correteaban por el césped gozando

del esplendor día. Los días que hacía mucha lluvia se quedaban en casa jugando a las cartas como los abuelos.

Hasta que llego el día que le llamo la guerra, los troyanos, esos hombres tan odiados por todos los poblados del sureste

de Grecia. Empezaron con un misil a la triste y humilde pueblo, todo el mundo estaba triste en ese momento.

Hasta que aclaro Ulises:

-¡Esto es la guerra!

Entonces como solo eran ellos tres, Ulises, Sira y Homero. Tuvieron  que coger súbditos, y como Ulises era un visitante y

Homero de aquí. Entonces Homero invito a unos “amigos” o mejor dicho “conocidos” (porque tenían pinta de canis)

Eran unos hombres increíbles tenían todo el cuerpo tonificado eran fuertísimos, sus bíceps semejaban al hierro y su

tableta semejaba a una tableta de chocolate.

Ulises y sus hombres fueron directos a por los Troyanos, fue una dura guerra donde hubo de todo, guerra , cabezas por

los suelos, espadas y muchas cosas mas…

Se veia la guerra muy igualada, aunque Ulises y sus hombres eran menos, los dos equipos lucharon por su dignidad

y su patria. Hasta que los hombres de Ulises se le ocurrieron una increíble idea tan buena que no sabían como explicarlo

la idea de Ulises y fue esta. Que si le dejaban un caballo en forma de aceptación que habían perdido y signo de que les

habían ganado la batalla.

Entonces los Troyanos metieron el caballo y entonces justo, y con mucha picardía salieron del caballo y entraron en su

aldea y la derrotaron por todos los lados. todo el mundo gritaba de alegría con unas sonrisas que semejaban cuando alguien se entera que le dan un regalo.

Después de tres días de tranquilidad , felicidad y mucha fiesta, Ulises siguió su viaje a descubrir un nuevo mundo y

nuevos amigos donde se encontrara nuevos y excitantes retos, pero eso ya es otro cuento. Pero antes de eso, justo cuando se iba ya, el rey le dijo:

-Por su valentía y fuerza le proponemos casarse con alguna de mis bellas hijas.

Las hermana empezaron a pelearse porque querían casarse con él hermoso Ulises, entonces intervino:

-Gracias por la opción, pero yo amo y nuca la dejara atrás a mi amada esposa Penelope.Se callaron todos, entonces con

el aire respiro profundamente y se fue con su caballo y sus riquezas a buscar un nuevo mundo.