my only love

Me he dado cuenta de que contigo aprendí una forma diferente de querer, una que no me pesa, que no me asusta y que no me exige ser alguien distinto. Desde que llegaste, mis días se sienten más suaves, como si cada cosa que antes dolía ahora encontrara un lugar donde acomodarse. Y a veces pienso que tú no sabes el impacto que tienes en mí, cómo una sola palabra tuya puede cambiarme el ánimo entero, cómo tu existencia, tan tranquila y tan tuya, se convirtió en algo que yo cuido más de lo que jamás imaginé cuidar algo.

Contigo aprendí que el cariño no se demuestra solo en momentos grandes, sino en lo cotidiano: en la forma en que escuchas, en la paciencia que tienes, en la manera en la que me hablas incluso cuando estoy de malas. Estos dos meses han sido suficientes para demostrarme que quiero seguir aquí, seguir contigo, seguir creciendo lo que estamos construyendo.

No necesito que todo sea perfecto; solo necesito que seas tú, porque contigo incluso los días difíciles se sienten menos pesados.

Y sé que a veces no digo todo lo que siento, pero hoy quiero que lo tengas claro: me haces sentir especial, querido, visto. Y eso es algo que no se me olvida. Gracias por llegar a mi vida con tanta calma, por quedarte sin ruido, por darme un cariño que yo creía que no iba a conocer. Te amo mucho, más de lo que sabes, y cada día que pasa lo entiendo un poquito más.

En estos dos meses contigo he aprendido que hay personas que llegan sin aviso, sin señales,  y aun así cambian todo. Tú fuiste exactamente así. Llegaste tan de repente, y sin que yo lo notara te fuiste quedando en rincones de mi vida donde antes solo había silencio. A veces me sorprende lo natural que se siente quererte, lo fácil que es confiar en ti, lo rápido que te volviste parte de mi día a día.

Si te soy sincero me da un poco de miedo sentir tantas cosas tan pronto. Pero también me da paz. Porque nunca se sintió forzado, nunca se sintió como algo que debía empujar. Simplemente pasó. Y lo bonito es que sigue pasando. Cada día descubro una parte tuya que me hace querer estar aquí, que me hace pensar que quizá sí tengo suerte, que quizá el universo sí sabe lo que hace cuando pone a alguien como tú en mi vida.

Y aunque no siempre sé expresar todo lo que siento, quiero que sepas esto: tú eres una persona especial. No por lo que haces, sino por lo que eres. Por tu forma de cuidar sin darte cuenta, por tu manera de hablar cuando sabes que necesito calma, por cómo haces que incluso mis inseguridades se sientan un poquito menos fuertes. Gracias por estos dos meses que parecen más. Gracias por ser tú. Gracias por quedarte.

Quizá siento que no te lo digo lo suficiente, pero tú tienes un efecto en mí que no cualquiera tiene. Hay algo en tu presencia que me calma, que me estabiliza, que me recuerda que no estoy solo. Desde que empezamos a construir esto, cada día se siente distinto; más divertido, más bonito, más lleno de sentido. A veces pienso que antes de ti mis días pasaban rápido, sin nada que realmente los distinguiera del anterior. Pero ahora no. Ahora cada día tiene tu nombre en algún rinconcito.

No sé cómo lo haces, pero me haces sentir vista, escuchada, entendida. Me hace bien hablar contigo, incluso cuando no decimos nada importante. Me hace bien saber que estás, que existes, que formas parte de mi vida de una manera tan bonita.

Estos dos meses han sido suficientes para que yo sepa que quiero todo lo que venga contigo, sea lo que sea, porque contigo incluso lo desconocido se siente seguro.

Y aunque no lo diga todo el tiempo, tú me importas más de lo que imaginas. Aprecio cada detalle, cada gesto, cada palabra. Aprecio tu forma de mirarme cuando estás de buen humor, y tu forma de hablarme cuando quieres hacerme reír. Aprecio absolutamente todo de ti, y no pienso dejar de hacerlo. Gracias por estos dos meses tan llenos de ti.

Una de las cosas que más me sorprenden de lo nuestro es lo fácil que se siente. No porque no tengamos diferencias o momentos extraños, sino porque contigo nunca siento que tengo que luchar para que las cosas funcionen. Más bien, todo fluye. Como si te hubiera estado esperando sin saberlo. Estos dos meses me enseñaron que el amor también puede sentirse ligero, que no tiene por qué doler ni agotarme.

A veces me detengo a pensar en cómo sería mi vida si no te hubiera conocido, y honestamente… no quiero esa versión. Me gusta esta. Me gusta la que tengo contigo, la que construimos sin presionar nada, la que crece despacito pero seguro.

Me gusta saber que puedo escribirte lo que pienso sin miedo a que lo malinterpretes, me gusta saber que puedo ser yo contigo sin sentir que estoy pidiendo demasiado.

Y aunque suene cursi, quiero que sepas que te agradezco. Te agradezco por tratarme bonito, por compartir conmigo partes de ti que no cualquiera ve, por hacer que incluso mis días más pesados se sientan menos duros. En serio, gracias por quedarte, por quererme como sabes hacerlo, por estos dos meses que significan más de lo que puedo explicar.

Intento poner en palabras todo lo que siento por ti, pero siempre se me queda corto. Porque lo que siento no es pequeño, ni simple, ni temporal. Lo que siento por ti es de esas cosas que se construyen despacio, que se guardan en el pecho, que crecen sin prisa pero con fuerza. Estos dos meses contigo me demostraron que hay personas que llegan a cambiarte la vida sin hacer ruido, sin pedir nada, solo siendo ellas mismas.

Me encanta cómo eres. Me encanta tu humor, tu forma de escuchar, tu forma de hablar cuando intentas hacerme sentir mejor.

Me encanta cómo te preocupas sin exagerar, cómo estás sin presionar, cómo haces que todo se sienta más ligero. Y aunque no te lo confiese siempre, tú te has vuelto alguien importante, alguien que me acompaña, alguien que quiero que siga estando.

Hay días en los que me da miedo sentir tanto, pero contigo ese miedo también se vuelve más suave. Porque nunca me haces sentir insegura, nunca me haces dudar de lo que somos. Gracias por estos dos meses tan lindos, tan llenos de ti. Gracias por tu cariño, por tu paciencia y por quedarte aquí, conmigo.

Es increíble cómo dos meses pueden cambiar tanto. Cómo alguien que antes era solo un nombre ahora es una parte gigante de mi día. A veces pienso en ti sin darme cuenta; en tus palabras, en tu voz, en la forma en que haces que incluso las conversaciones simples se sientan importantes. Porque tú tienes esa capacidad: la de volver bonito incluso lo cotidiano.

Lo que más me gusta de ti es lo genuino que eres. No tienes que esforzarte para que yo te quiera; simplemente siendo tú lo logras.

Me gusta cómo te ríes, cómo hablas cuando estás emocionado, cómo te ofreces a ayudar incluso cuando no te lo pido. Me gusta todo eso que haces sin darte cuenta, eso que te hace tan tú. Y me gusta que seas parte de mi vida, sin más.

Sé que llevamos poco comparado con lo que podríamos tener, pero dos meses fueron suficientes para demostrarme que esto vale la pena. Que tú vales la pena. Que quiero seguir contigo, seguir conociéndote, seguir riéndome de tus tonterías. Gracias por existir tan bonito.

Reconozco que al principio no sabía qué esperar de nosotros. Tenía dudas, miedos, inseguridades que venían de historias pasadas. Pero contigo todo fue distinto. No tuve que esforzarme para confiar en ti; simplemente pasó. Y en estos dos meses entendí que hay personas que llegan a tu vida para quedarse, no por obligación, sino porque así lo sienten.

Me encanta cómo eres conmigo. Me encanta la calma que transmites, la seguridad que das, la manera en que haces que mis pensamientos se ordenen cuando hablo contigo. Me encanta que contigo no tengo que fingir ni esconder nada. Puedo ser yo, con todo lo bueno y todo lo malo, y tú sigues aquí, queriéndome como soy.

Dos meses parecen poco, pero contigo se sienten llenos. Llenos de momentos, de aprendizajes, de cariño. Gracias por acompañarme, por confiar en mí, por dejar que te conozca poco a poco. Gracias por ser tan tú.

Ojalá pudiera explicarte exactamente cómo me haces sentir, pero todavía no encuentro palabras que le hagan justicia. Porque contigo todo se siente distinto. Más seguro, más lindo, más mío. A veces me sorprende lo rápido que te volviste alguien importante, cómo en tan poco tiempo lograste cambiar rutinas enteras, pensamientos, emociones.

Hay cosas que admiro mucho de ti. Tu paciencia, tu humor, tu manera de escuchar incluso cuando no sabes qué decir. Me encanta que no te rindes fácil, que luchas por lo que quieres, que te esfuerzas por hacer las cosas bien. Y me encanta que compartas todo eso conmigo, que dejes que yo también forme parte de tu mundo.

Gracias por estos dos meses que parecen más. Gracias por tu cariño, por tu atención, por tu tiempo. Gracias por quedarte incluso cuando yo me complico sola la vida. En serio, gracias por ser parte de mis días.

Contigo descubrí que el amor no siempre llega de golpe; a veces llega suave, como un susurro que va creciendo sin que te des cuenta. Y cuando finalmente lo notas, ya está ahí, tan bonito, tan claro. Así me pasó contigo. Poco a poco. Día a día. Conversación tras conversación. Hasta que un día comprendí que no quería que dejaras de estar en mi vida.

Me encanta la forma en que eres conmigo: atento sin exagerar, dulce sin ser empalagoso, cariñoso sin forzar nada. Me encanta cómo haces que yo también sea mejor, cómo me inspiras a ser más tranquila, más paciente, más segura. Me gusta que me escuchas, me entiendes, me acompañas sin pedirme nada a cambio.

Estos dos meses contigo han sido una sorpresa hermosa. Nunca pensé encontrar a alguien que me hiciera sentir así, tan bien, tan en paz. Gracias por ser tú, por quedarte, por compartirme tu cariño de una manera tan bonita.

Aveces me pongo a pensar en lo que estamos construyendo, y aunque apenas vamos empezando, me llena de ilusión. Me gusta lo que somos ahora, pero también me emociona lo que podemos llegar a ser. Me gusta imaginarme contigo en muchos momentos que todavía no existen, en días que aún no pasan, en historias que aún no contamos. Y no porque quiera correr, sino porque contigo imaginar el futuro no da miedo; da paz.

Me encanta cómo eres conmigo. Me encanta tu humor, tu manera de cuidarme sin exagerar, tu forma de hacerme sentir segura incluso en mis peores días.

Siempre que pienso en estos dos meses contigo, me sorprende lo mucho que han cambiado las cosas para mí. No sé cómo explicarlo, pero desde que llegaste todo se siente más ligero, más bonito y más real. A veces estoy haciendo cualquier cosa y, sin darme cuenta, termino pensando en ti, en algo que me dijiste o en cómo me haces sentir.

Aprecio muchísimo lo fácil que es estar contigo. No tengo que fingir nada ni medir mis palabras; contigo puedo ser yo y aun así sé que no te vas. Eso me da una paz que no encontraba en ningún lado. Me encanta cómo llenas mis días sin siquiera intentarlo y cómo haces que incluso lo simple se sienta especial.

Gracias por estos dos meses tan bonitos, por estar, por quedarte y por hacerme sentir así de bien. No sabes cuánto valoro tenerte.

A veces me pongo a pensar en cómo, sin buscarlo, terminaste volviéndote una de mis partes favoritas del día. No importa si estamos hablando mucho o poquito, siempre terminas haciéndome sentir tranquila, acompañada y feliz. Es extraño pero bonito cómo alguien puede llegar y acomodarse tan rápido en tu vida sin empujar nada, solo estando ahí.

Me encanta cómo eres conmigo: tu forma de hablarme, la paciencia que tienes, lo atento que eres incluso cuando no te das cuenta. Contigo todo se siente más suave y más sincero, y eso es algo que aprecio muchísimo. No sabes cuánto valoro tener a alguien que me escucha, me entiende y me quiere de una forma tan bonita.

Gracias por hacer que estos dos meses se sientan tan especiales. No tienes idea de lo lindo que es compartir esto contigo.

Resulta difícil explicar cómo en tan poco tiempo llegaste a ser una parte tan significativa de mi vida. A veces me detengo a pensar en cómo cambió todo desde que empezamos, en cómo mis días se acomodaron alrededor de tu presencia sin que yo lo buscara. Y aunque intento entenderlo, la verdad es que no hay una explicación lógica: simplemente eres tú. Tu manera de estar, tu forma de hablarme, tu calidez tan natural, eso que haces sin darte cuenta y que me hace sentir querida.

Estos dos meses me enseñaron que el cariño también puede ser tranquilo, que no necesita ser perfecto ni dramático para ser real. Lo nuestro no es ruido, no es caos, no es confusión; es un espacio donde puedo respirar, donde puedo soltar, donde puedo ser yo.

Me encanta cómo hablas cuando estás emocionado y cómo me miras cuando intentas ocultar tu sonrisa. Todo eso se me queda en la mente. Todo eso hace que quererte sea fácil.

Estos dos meses fueron suficientes para saber que no quiero perder esto que tenemos. Que quiero seguir contigo, seguir creciendo, seguir descubriéndote. Gracias por existir en mi vida de una manera tan bonita.

Me encanta cómo haces que incluso mis pensamientos más desordenados encuentren lugar cuando hablo contigo. Me encanta que no me juzgas, que me escuchas, que me entiendes incluso cuando no sé cómo explicarme.

Agradezco cada día que has permanecido conmigo. Agradezco cada palabra, cada gesto, cada momento, incluso los pequeños, los que parecen insignificantes, porque contigo nada lo es. Gracias por estos dos meses tan llenos de ti. Gracias por quedarte. Gracias por quererme de la forma en que sabes hacerlo.

Cada vez que pienso en nosotros, me sorprendo de lo natural que se siente todo. No tengo que forzar nada, no tengo que fingir, no tengo que hacerme más pequeña o más grande para encajar. Contigo puedo ser yo, completa, con mis cosas buenas y mis torpezas, y aun así me miras como si fuera suficiente, como si lo mío fuera valioso. Eso es algo que jamás voy a tomar a la ligera.

En estos dos meses descubrí muchas cosas nuevas sobre mí, cosas que quizá no habría descubierto sola. Porque tú tienes una manera tan tuya de mostrarme lo que valgo, de ayudarme a ver cosas bonitas de mí misma que yo pasaba de largo.

Me gusta lo que somos ahora, me gusta lo que estamos construyendo, me gusta que vayamos a nuestro ritmo sin presionarnos, sin exigirnos, sin intentar ser algo que no somos.

Quiero que sepas que te quiero con calma, pero con intensidad; despacio, pero sin dudas. Que me haces bien, que me haces sentir segura, que me haces sentir vista. Gracias por estos dos meses tan llenos de cariño y paciencia. Gracias por ser parte de mis días.

Ocurre algo raro contigo: haces que incluso mis días más normales se sientan importantes. No sé si sean tus palabras, tu forma de mirar o esa energía tranquila que siempre traes contigo, pero tienes la capacidad de volver especial lo que en cualquier otro momento pasaría desapercibido. Y aunque parezca exagerado, para mí es real.

A veces pienso en cómo cambió mi vida desde que empezamos. Antes todo era más monótono, más mecánico, más igual. Contigo no.

Contigo siempre hay algo distinto, aunque sea pequeño: una risa nueva, una conversación inesperada, un “me hiciste el día” que aparece sin aviso. Y esas cosas, aunque simples, se sienten enormes para mí. Porque vienen de ti.

Gracias por estos dos meses en los que me enseñaste que la compañía correcta no pesa, no cansa, no drena. La compañía correcta abraza, acompaña, sostiene. Y tú, sin saberlo, haces todo eso. Me alegra que estés en mi vida. Me alegra que esto sea nuestro.

Nunca imaginé que alguien pudiera entrar en mi vida y cambiar tantas cosas sin siquiera intentarlo. Tú lo hiciste. No a la fuerza, no presionando, no pidiendo nada. Simplemente siendo tú. Y quizá por eso funciona, porque lo nuestro no nació de la necesidad, sino de la naturalidad.

Contigo entendí que querer no tiene que doler, que no tiene que ser pesado, que no tiene que sentirse como una competencia constante. Contigo querer es suave, es tranquilo, es bonito. En estos dos meses aprendí que puedo abrirme sin miedo, que puedo decir lo que siento sin temor a ser juzgada, que puedo confiar sin pensar que me van a fallar.

No sabes lo mucho que valoro todo eso. No sabes lo mucho que significan tus palabras, tu paciencia, tu presencia. No sabes lo profundo que llega a mí el simple hecho de que estés. Gracias por estos dos meses que se sienten tan llenos, tan genuinos, tan nuestros.

Te quiero agradecer por cada momento, incluso los más simples. A veces pienso que no eres consciente de la tranquilidad que transmites cuando hablas, cuando ríes, cuando explicas algo con entusiasmo o cuando intentas animarme sin saber cómo. Pero yo lo siento. Yo lo noto. Y créeme, lo valoro más de lo que imaginas.

Estos dos meses me enseñaron que estar contigo no es complicado, que no es un rompecabezas, que no es algo que tenga que descifrar. Es claro. Es transparente. Es honesto. Y eso, para mí, es precioso. Porque estaba acostumbrada a cosas más turbias, más ruidosas, más inseguras. Contigo es diferente, y qué bueno que lo es.

Quiero seguir aprendiendo de ti, conociéndote, compartiendo cosas pequeñas que se sienten grandes solo porque te las cuento a ti. Gracias por quedarte, por ser tan noble, por quererme con tanta calma.

Ignorar lo que siento por ti sería imposible, porque se nota hasta en las cosas más pequeñas. En cómo pienso en ti cuando escucho algo gracioso. En cómo quiero contarte mi día aunque haya sido normal. En cómo tu voz me acomoda el corazón incluso en momentos en los que yo misma no sé qué me pasa. En estos dos meses descubrí que tú eres de esas personas que llegan para iluminar partes de uno que ni siquiera sabía que estaban apagadas.

Hay algo en ti que me da paz, algo que no puedo describir con exactitud pero que siento cada vez que hablamos.

Me gusta que no te rindes fácil, que escuchas, que tienes paciencia incluso cuando no entiendes lo que digo. Me gusta que compartes conmigo tus ideas, tus gustos, tus bromas. Me gusta que estás.

Y aunque sé que estamos empezando, quiero que sepas que esto me importa, que tú me importas, que no estás aquí por casualidad. Gracias por estos dos meses que me hicieron ver el cariño desde otro ángulo.

Gracioso cómo funciona el destino, ¿no? Cómo alguien aparece sin aviso, sin planes, sin expectativas… y termina convirtiéndose en una de las partes más bonitas de tu vida. Contigo pasó exactamente eso. No estaba buscando nada, no estaba esperando nada, pero aun así llegaste. Y ahora no imagino cómo sería si no hubieras llegado.

En estos dos meses aprendí que el amor también puede sentirse ligero, que no tiene por qué venir acompañado de dudas o inseguridades. Contigo todo se siente sincero, simple, honesto. No tengo que esforzarme para que las cosas funcionen; funcionan solas. Me gusta que seas tú, con tu forma tan particular de ser, con tus silencios, tus risas, tus historias absurdas y tu manera de ver el mundo.

Gracias por acompañarme en estos dos meses que se sintieron tan cálidos. Gracias por todo lo que das sin darte cuenta. Gracias por existir tan bonito.

Obligarte a entender lo que siento sería injusto, porque lo que siento es enorme y profundo, pero también suave y paciente. Es algo que creció sin que yo lo empujara y que se instaló en mi vida como si hubiera estado esperándolo. Estos dos meses contigo no fueron cualquier cosa; fueron un espacio donde pude encontrar cariño, ternura y estabilidad.

Tú tienes una forma de llegarle a mi corazón que no entiendo del todo. No lo haces con grandes actos ni con promesas exageradas; lo haces con detalles pequeños que dicen más que cualquier discurso. Lo haces cuando te ríes, cuando preguntas cómo estoy, cuando me escuchas sin prisa. Lo haces simplemente siendo tú.

Gracias por estos dos meses tan llenos de luz. Gracias por demostrarme que no necesito perfección para sentirme bien; solo necesito sinceridad. Y tú tienes mucha.